En la gestión de proyectos y en general en cualquier gestión empresarial, se dice insistentemente que el recurso humano es lo más valioso e importante para el éxito de cualquier propósito.
Cuando se trabaja la gestión de RRHH se observan y analizan detenidamente los conocimientos, destrezas, habilidades y experiencias, de todas y cada una de las personas que conforman o conformarán el equipo. Hacemos la mejor selección en función de las características, metas y objetivos del proyecto, siempre buscando el éxito del mismo.
Hasta aquí tenemos una excelente gestión de RRHH; pero generalmente, por no decir siempre, nos olvidamos del real factor humano, entendiéndose éste por ir más allá de lo exclusivamente profesional y laboral. Es posible que conozcamos al trabajador, pero es conveniente y beneficioso conocer a la persona que trabaja, al ser humano.
Todo trabajador tiene metas, esperanzas, expectativas, tanto en lo personal como en lo profesional, que busca alcanzar mediante su trabajo. Conocer esta faceta por parte del gerente del proyecto o de sus líderes y si se tiene como política empresarial aportar a ese progreso personal del trabajador, representa un beneficio directo de grandes dimensiones al desarrollo del proyecto.
Se logra una mayor identificación del trabajador con los objetivos del proyecto y esto redunda en que él encamina sus labores hacia resultados excelentes, concretos y de calidad con los consecuentes impactos positivos para el proyecto o para la empresa.
No basta con la reunión de fin de año o la felicitación de cumpleaños. Conviene conocer y entender las aspiraciones del trabajador y su entorno sin llegar a inmiscuirse, por supuesto, en temas netamente personales.
Esta tarea debe originarse en la gerencia. Muchos de nuestros gerentes centran su atención en cuidar los costos (o los beneficios) del proyecto desatendiendo el factor humano del trabajador, que significa un aporte real y directo al logro de los objetivos y éxito del proyecto.
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